27
de abril de 2012
Bendito seas
Señor amado, gracias por tu infinita paciencia, y tu inmenso amor a esta
pobre alma, indigna totalmente de Ti, pero que alza los ojos suplicándote que
no la abandones.
Señor; por tu
infinita misericordia he atraído tu atención, y me has rescatado de la
podredumbre del pecado. De las miserias del mundo, de las garras del enemigo.
Me has hecho tuya, y me has lavado y sanado las heridas.
Señor con
gran ternura me has abrazado y consolado, dando respiro a mi corazón y a mi
alma.
Señor has
estado siempre al pendiente de mis necesidades, proveyendo de todo lo que
necesario para que yo pueda continuar caminando sin lastimarme. Y si he
caído, has acudido presto a recogerme, sanando mis golpes y animándome a
levantarme. Demostrándome cuanto me ha fortalecido ese tropezón o esa caída.
Si no he
querido escucharte y me he alejado haciendo oídos sordos; con infinita
paciencia, has esperado tranquilamente a que yo vuelva a tus brazos, llorando,
después de haber comprobado que lejos de Ti, sólo he encontrado amargura y
desolación. Y que he sido presa fácil del engaño del enemigo.
Y con tus
Ojos amorosos me invitas a dar gracias al nuestro Padre del Cielo, porque he
regresado a tus brazos.
*Hoy me has mostrado con
infinita ternura, que cada día, cada momento en cada Santo Sacrificio de la
Misa, repites tu Santa Pasión, muriendo de nuevo en la Cruz y resucitando,
para poder hacerte Alimento de Vida Eterna para nosotros, y así otorgarnos el
don maravilloso de la Resurrección a nuestras almas. Para que cuando esta
alma mía regrese al Santo Padre, llegue invadida de Tu Luz y salvada por Ti
que eres Pan y Vino de salvación, Alimento Eterno. ¡Cuánto Amor entregas
momento a momento! ¿Cuántas almas responden a este tan inmenso Querer? Y ahí
estas Señor, esperando pacientemente que uno llegue a Ti, debidamente
presentado, con el corazón abierto, para que Tu entres en el y lo invadas de
Tu Luz e irradies Tu Amor a otros por medio de este corazón que te ha abierto
las puertas.
Te suplico
Señor, que no te canses de llamarnos, y no te canses de enseñarnos que
tenemos que ayudarte a llevar más almas a Tu Divina Presencia Eucarística.
Para que Tú puedas sanarnos y salvarnos y protegernos del enemigo.
Bendito seas
Señor, alabado seas por siempre Amado Jesús, permíteme que el día de hoy, con
todas mis poquísimas acciones, pueda agradarte, y toma mi día, como una
ofrenda, y con esta ofrenda te pido que lleves tu Luz y tu Amor a muchos
corazones, a aquellos que te han olvidado, que te rechazan, que te
niegan. Yo te ofrezco mi vida, obras y
trabajos de este día, para que ablandes esos corazones y aprendan a amarte.
En especial te pido por X que tu bien conoces y que sabes bien cuanta falta
le hace tu presencia.
¡Gracias
Señor Jesús! ¡Bendito Seas!
Gracias por
amarme y por no soltarme de tus benditas manos. Gracias por llevarme en el
centro de Tu Sagrado Corazón.
Gracias
Mamita María, por que también me llevas en el centro de Tu Inmaculado Corazón
y me sostienes, intercediendo por mí y los míos. ¡Bendita Seas Mamita,
gracias!
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*(La Santa Misa y sus efectos; particularmente la resurrección de
los muertos con el propio cuerpo.) (36) – LIBRO DEL CIELO, Vol. 1
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Leer también el mensaje del día 09-01-1996 del libro de Fabiana Corrado "Déjate Amar" que encontrarás en este link: MENSAJES 1996
VIVE PARA MÍ
23.05.90
-La paz esté contigo. Soy Yo, Jesús. No dejes nunca de llamarme. No dejes nunca de orar. Yo te doy Mi Paz y Mi Amor. ¿Hija? ¿No tienes nada que decirme? -Yo Te doy mi pobre amor y mi nada, Señor. -¡Ah! Yo deseo tu amor aun cuando es pobre, lo mismo que tu nada, pequeña, permanece siempre una nada. Achícate enteramente. Anula todo lo que es el tú absorbiendo todo lo que soy Yo. Llena tu espíritu de Mi Espíritu a fin de que tu alma llegue a ser una viva antorcha de luz. Sé transparente, sí, límpida, para que tu luz brille a través de ti sin defecto, sino solamente en pureza. Si tú Me pides todos los días que perdone tus pecados y si Me permites purificarte, aunque esto exija sufrimientos y pruebas Yo lo haré sin vacilación. Yo conozco tus necesidades. Yo no te permito pecar. Yo nunca te he ordenado pecar y no tengo ningún gusto en oír que tu lengua se desvía. ¿No te he pedido que seas Mi incienso, sosegándome con tu fragancia? Yo te he dado una lengua para alabarme y para recordar a Mi pueblo el Amor que tengo por él. Sé atenta pues, discípula, y escucha las instrucciones de la Sabiduría. Guarda Santo Mi Nombre y guarda escrupulosamente Mi Ley y Mis Enseñanzas, y Yo nunca te abandonaré. Yo soy tu Dios y Conmigo a tu lado, ¿quién puede estar contra ti? Después que se te ha dado un carisma como éste sin que lo merecieras, asegúrate de no negarme nada y Yo quiero decir: nada. De modo que, vive para Mí, haz penitencia y ayuna. Ayuna a pan y agua. No rechaces con desdén las pruebas que Yo te doy. ¡Alégrate cuando eres perseguida! ¡Alégrate cuando te amenazan por Mi causa! ¡Alégrate cuando eres atacada por Mis enemigos! Estas son, hija Mía, las pruebas por medio de las cuales Yo te haré perfecta. Ora sin descanso, ora, ora, ora sin contar los minutos. Yo no te ahorraré los sufrimientos, Vassula, como el Padre no Me ha ahorrado los sufrimientos. Yo quiero que tú seas un crucifijo viviente, un recuerdo de Mí Mismo. ¿No sabías que el don del sufrimiento viene de Mi Infinita Generosidad y de Mi Amor Infinito? Entonces, no dudes en abrazar Mi Cruz. Que tus brazos estrechen Mi Cruz con fervor y Ella te llevará por la Senda de Vida. Si tus pies se alejan del Sendero correcto está cierta que Mi Amor y Mi Lealtad te preservarán. Yo vendré presto en tu ayuda. Que tu alma esté en constante sed de Mí. Hazme oír y sentir tus suspiros de amor. Alma, Yo he marcado profundamente tu frente con los suspiros de Mi Amor, los suspiros que te he dado continuamente. Yo he marcado tu frente con Mi Santo Nombre y te he hecho Mía por la eternidad. Entonces, alza tus ojos hacia Mí y encuentra la Verdadera Paz en Mi Presencia. Dime, pues, hija Mía, tú a quien ama Mi Corazón, ¿me vas a devolver este Amor que Yo tengo por ti? -Mi amor es pobre. ¿Cómo reemplazaría nunca Tu Corona de Espinas por una corona de rosas? Mi espíritu pondera esto continuamente y se anega dentro de mí. Entonces, explícame pues sin cansarte de mí y yo aprenderé. Enséñame a amarte como Tú deseas que Te amemos. Enséñame a observar escrupulosamente Tu Ley por siempre y para siempre, a fin de que marche por la Senda de la Rectitud. Dirige mis pasos por el Sendero del Amor como Tú has prometido. -Ah, hija... Yo he forzado Mis Ojos esperando que tus labios pronuncien tus votos de fidelidad... Dulce Jesús, siempre tan tierno, Bienamado, atráeme entonces por las huellas de Tus Pasos de Fidelidad, hazme estar enferma de amor por Ti, hazme gustar Tus Sufrimientos; ellos serán en mi boca como los frutos más raros de Tu Jardín. -Entonces, ábrete a Mí a fin de que Yo pueda respirar sobre ti. Mi Aliento tiene los más finos olores, Mi fragancia es una mezcla de incienso y de mirra. Ábrete a Mí, alma, a fin de que Mi Espíritu de Amor sople sobre ti. Mi Soplo es Vida. Ábrete a Mí, amada Mía, hija Mía. Yo he estado suspirando por este momento para mostrarte Mi Divino Corazón. Yo he venido todo el camino desde el Cielo hasta el umbral de tu puerta para encontrarte y ahora que te he encontrado, no te dejaré partir. ¡Habla, alma! Respóndeme. -Ven, ven a nosotros, Señor, multiplica el Sello del Amor de Tu Santo Espíritu en nuestras frentes, el Sello de la Promesa. Dios, crea un corazón limpio en nosotros. Yo sé que Tú estás en el umbral de cada alma, esperando su respuesta. Tus Ojos suspirando por ver abrirse su puerta. Tus Viñedos floreciendo ahora, mi Señor, y pronto darán suficientes frutos para alimentar cada desierto. Los muertos no vendrán a la vida, a menos que Tú soples sobre ellos, resucitándolos con Tu dulce fragancia. A causa de Tu Amor, que esta tierra de espectros vuelva a la vida. -Entonces, Yo les sonreiré y Mi Luz penetrará por los goznes de su puerta y por el ojo de cada cerradura; ¡aun por debajo de su puerta penetrará Mi Luz!
-¡Aleluya, gloria a Dios!
-¡Sí! Grita de alegría, pequeño corazón, ¡vuestras tierras estériles llevarán frutos! Prorrumpid en lágrimas de alegría, todos vosotros que Me escucháis. Con un amor eterno, he tenido Yo piedad de vosotros. Crecerán viñedos en lugar de espinas y abrojos. Yo Me propongo mostrar Mi Santidad y Mi Sabiduría para borrar la hostilidad de esta era entre Mi Divinidad y su pretendida sabiduría. |
Les invito a seguir Sus llamados, que no hay nada más hermoso, más
grande, más maravilloso, mas seguro, y verdadero que el AMOR DE DIOS
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