jueves, 8 de marzo de 2018

Libro de Azarías.


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A la Epifania de Marzo en Galilea, a la otra, la de las orillas del Jordán, se une la luminosa y sublime Epifanía de Pentecostés, la Epifanía prometida, la que Cristo había mencionado a sus apóstoles para consolarles en la Noche Pascual y en la mañana de la Ascención. Y he aquí, precedida por una preparación de obediencia y de plegaria, se cumple para hacer de los hombres apóstoles los grandes Apóstoles, "Bautizándoles con el fuego", como Jesús les había predicho, para que fueran purificados de todo lo material en ellos y, siendo más espíritu que carne, supieran lanzarse en el fuego y esparcirlo por doquier, incendiando con Éste todo el mundo. Bien sabía el Espíritu lo que estaba realizando en aquel momento. Realizaba la transformación de los corazones humanos hacía "voces" de Dios.
Así es.  El Espíritu cumple estas operaciones. Toma la nada que sabe amar, que es obediente, que es fiel, que le habla a Dios cuando se le confía en la oración, y la inviste de Sí. La transforma, la vuelve instrumento de Dios.
Ha sido dicho: "Realizarás una nueva creación ". Es así. Realiza La creación del hombre en instrumento para que después la buena voluntad del instrumento, unida al Amor, supercree al santo.
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LIBRO DE AZARIAS - María Valtorta.  (pag. 141)

YO, TU SALVADOR...


YO, TU SALVADOR, ESTOY VESTIDO 
DE ANDRAJOS HECHOS DE CILICIO
6.07.91  

Señor, sáname.  

Si escuchas cuidadosamente y no Me pones objeciones, rivales, ni dudas; si vienes y admites que eres una pecadora y no muestras ningún titubeo al arrepentimiento, Yo te sanaré. Tú Me perteneces y te he dado Mi Corazón. Es por esto por lo que quiero que crucifiques todo lo que eres. Deja que las únicas marcas sobre tu cuerpo sean aquellas que Yo tengo en el Mío.  

Si ves huellas que no Me pertenecen, no las sigas. Mis Huellas están manchadas de Sangre y perfumadas con mirra. Si escuchas algo de alguien vestido con espléndidas vestiduras, deja que eso desaparezca con él y no prestes atención a lo que dice. Yo, tu Salvador, estoy vestido de andrajos hechos con cilicio 
  1 y camino descalzo. Mi manto está empapado de Sangre y Mi Corazón está cubierto con llamas de Fuego; Mis Labios están resecos por falta de Amor.  

¡Señor, sana a todos, a todos!  

Llena Mi Corazón de alegría y ora por todos aquéllos cuyos corazones están cerrados a la razón y a Mi Sabiduría. 

Por esta razón, Señor, atráenos cerca de Ti. 
Estamos tan cansados de caminar en este exilio...

Mi Rocío de Mi Boca aliviará su corazón. Yo los libraré de su pesar. Mis Ojos miran al mundo; ellos los escudriñan a cada uno de ustedes. Si Yo descendiera ahora, sólo encontraría a un puñado con Mi Señal en sus frentes. 

Yo he abierto los Cielos con el precio de Mi Vida para que también ellos, sean suyos. Yo les pregunto: ¿Qué hombre se aferra a la muerte y no a la Vida? ¿Cuánto tiempo necesitan todavía para que razonen? ¿Para siempre? ¿Cuánto tiempo más deben rechazar Mi Amor, renegar y ofender a su Ungido? La Rectitud y la Justicia están sentadas en el Trono que está descendiendo entre ustedes desde el Cielo para decirles que el camino hacia su habitación en el Cielo, la Morada de Luz, es a través de Mí. Si ustedes se abandonan a Mí, Yo les mostraré el camino a Casa. Si ustedes confían en Mi Amor, Yo los llevaré a la Habitación de Aquella que Me concibió, para que los cuide regresándoles la salud. No les estoy atando una soga alrededor de su libertad, Yo sólo los estoy atando con guirnaldas de Amor.  

Yo los amo con un Amor eterno y Mi Ternura para ustedes es una Fuente Inagotable.  

Escucha, hija, diles esto a los extranjeros y a los tuyos: diles cuánto sufre Mi Corazón por falta de amor. 
 



Jesús Me está enviando a una prisión, en Estados Unidos de América, para dar testimonio. 



1 Ap.11,3