viernes, 11 de febrero de 2011

Oración

¡Oh Señor! , Padre mío y dueño de mi vida; no me abandones a la indiscreción de mis labios; ni permitas que yo me deslice por causa de ellos. ¿Quién será el que emplee el azote o castigo sobre mis pensamientos, y la corrección sabia sobre mi corazón, de tal modo que no me perdone errores, a fin de que de ellos no brote pecado alguno, ni se acrecenté mi ignorancia, ni se multipliquen mis faltas y me hagan caer en pecado, por cuya causa ande yo por el suelo delante de mis contrarios y ser ría de mí el enemigo?
Oh Señor! Padre mío y Dios de mi vida; no me abandones a sus malvados pensamientos. No permitas en mis ojos la altanería; aleja de mi todo mal deseo. Quita de mi la intemperancia de la gula, y no se apoderen de mi los apetitos de la lujuria; ni quieras entregarme a un ánimo inverecundo y desenfrenado.
México, D.F. Nov. 19 de 2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario