Existen miles de
ejemplos de vida de santos, que me han ayudado a sostener mi camino y seguir
creciendo en la Fe. Hay ejemplos llenos de ilusión y romanticismo que en mi infancia
hicieron huella en el corazón, y que sin duda fueron el manual de cabecera, el
cuaderno del curso de Crecimiento de mi Alma.
Y cuando la
curiosidad me alejó del camino, y viví el mundo a mis anchas, pasaron dos
Santos enormes frente a mí, y me mantuve al margen; pudiendo correr a su lado y
estrechar sus manos, incluso pudiendo abrazarles. Juan Pablo II y Madre Teresa
de Calcuta.
Dos Santos que no
necesitan los trámites de canonización… porque la aureola se resaltaba a la
distancia, y ya era parte de su persona.
Cinco veces pasó
el Beato Juan Pablo cerca de mi hogar, sólo aproveché una. Y siempre estuvo la
Madre Teresa presente en el trayecto de mi vida, porque siempre fue noticia
hasta el día que regresó a Casa del Padre. Ya que en su caminar fue reconocida
como super estrella… sin serlo. Admirada por todo el mundo; sin buscarlo. Mujer
que fue la única que estoy segura le habrá sacado una sonrisa al Santo Padre al
cuestionarle el costo del Papamóvil y darle la sugerencia de venderlo para
darle de comer a los pobres. Tuvo el gesto más auténtico y honesto al negarse
de disfrutar un banquete en su honor tras recibir el premio Nobel de la Paz en
1979 y en contraste pidió que los organizadores del evento le dieran esa comida
a los más pobres, y mejor aún, que ellos sirvieran esos alimentos.
Por esto y mucho
más, principalmente por haber vivido entregada a la Voluntad Divina, haber
aceptado en vida propia el Reflejo de la Vida de Cristo Jesús, por dejarse
guiar por el Querer Divino, y por cumplir con su misión amando hasta que duela,
Madre Teresa de Calcuta es una verdadera “Mujer de Hierro” y un gran pilar de
este tiempo para la humanidad actual.
Valga su ejemplo
para levantarnos en las dificultades, sacarnos de la aridez y la tibieza,
sacudirnos en el letargo, fortalecernos y hacernos crecer en nuestro caminar
por este mundo.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario