sábado, 14 de julio de 2012

Madre Teresa de Calcuta - Película y entrevista -









Existen miles de ejemplos de vida de santos, que me han ayudado a sostener mi camino y seguir creciendo en la Fe. Hay ejemplos llenos de ilusión y romanticismo que en mi infancia hicieron huella en el corazón, y que sin duda fueron el manual de cabecera, el cuaderno del curso de Crecimiento de mi Alma.
Y cuando la curiosidad me alejó del camino, y viví el mundo a mis anchas, pasaron dos Santos enormes frente a mí, y me mantuve al margen; pudiendo correr a su lado y estrechar sus manos, incluso pudiendo abrazarles. Juan Pablo II y Madre Teresa de Calcuta.
Dos Santos que no necesitan los trámites de canonización… porque la aureola se resaltaba a la distancia, y ya era parte de su persona.
Cinco veces pasó el Beato Juan Pablo cerca de mi hogar, sólo aproveché una. Y siempre estuvo la Madre Teresa presente en el trayecto de mi vida, porque siempre fue noticia hasta el día que regresó a Casa del Padre. Ya que en su caminar fue reconocida como super estrella… sin serlo. Admirada por todo el mundo; sin buscarlo. Mujer que fue la única que estoy segura le habrá sacado una sonrisa al Santo Padre al cuestionarle el costo del Papamóvil y darle la sugerencia de venderlo para darle de comer a los pobres. Tuvo el gesto más auténtico y honesto al negarse de disfrutar un banquete en su honor tras recibir el premio Nobel de la Paz en 1979 y en contraste pidió que los organizadores del evento le dieran esa comida a los más pobres, y mejor aún, que ellos sirvieran esos alimentos.
Por esto y mucho más, principalmente por haber vivido entregada a la Voluntad Divina, haber aceptado en vida propia el Reflejo de la Vida de Cristo Jesús, por dejarse guiar por el Querer Divino, y por cumplir con su misión amando hasta que duela, Madre Teresa de Calcuta es una verdadera “Mujer de Hierro” y un gran pilar de este tiempo para la humanidad actual. 
Valga su ejemplo para levantarnos en las dificultades, sacarnos de la aridez y la tibieza, sacudirnos en el letargo, fortalecernos y hacernos crecer en nuestro caminar por este mundo.
Amén.




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