Los niños guardan un gran tesoro... algo muy especial... es una gracia que viene de la inocencia... de tener el corazón puro y sencillo, que aún no se ha visto afectado por las cosas del mundo... que les permite dejarse llevar confiadamente por otros, atentos a lo que la vida pueda enseñarles, con la curiosidad de los ojos tiernos y nuevos para descubrirlo todo, maravillarse por las cosas grandes e igualmente por las cosas pequeñas, y viviendo con alegría, con ilusión... esa es la forma que Jesús nos indica cuando se refiere a que seamos como niños para poder entrar al Reino de los Cielos...
La Eucaristía es un Misterio al que tenemos que acercarnos con corazón de niños… para poder descubrir en Ella al Dueño, Rey y Señor del universo… y descubriéndolo, repetir como esta canción: ¡cómo no te voy a adorar…!!!
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