Hoy Señor, sentí tu presencia, ¡Bendito Seas Señor!
Gracias por tu amor y tu perdón a mis faltas. No merezco nada, y me amas.
Gracias Señor por visitarme hoy, tu aroma quedó en mi mente y mi corazón saltó al sentir Tu Presencia. Qué alegría inundó mi ser.
Llenaste en un instante mi entorno, y dejaste Tu Paz y Tu Amor.
¡Gracias Señor Jesús porque no me abandonas, y sigues guiando mi camino!
Hoy Señor, pongo en Tus Manos Laceradas, pongo en esas Santas Llagas, a todos los que me han afectado de una u otra forma en mi vida, que han abusado de mi o de mis bienes, que me han dañado física, moral, o espiritualmente. A todos ellos Señor, los dejo aquí, en las Llagas de Tus benditas Manos. Ahí Señor, para que sean tocados por Tu Amor, sanados por Tu Preciosa Sangre, y alimentados por El Divino Espíritu de Dios, para que sean transformados y así puedan transformar la vida de los que les rodean.
Señor, te pido por cada uno de ellos y perdón por no mencionar sus nombres, pero Tu bien los conoces, y sabes de que carecen y adolecen, por eso Señor, confiando en que Tú harás todo lo necesario para su trasformación de corazón, para que aprendan a amar a Dios con el corazón limpio, y llevando una vida digna a Los Ojos de Dios.
Señor Jesús, por Tu Preciosa Sangre que derramaste gota a gota, camino al Calvario, te pido Señor, que sanes a mi familia, que perdones sus faltas y les sanes física y espiritualmente.
Señor Bendícelos con tu Amor y lávalos con tu Preciosa Sangre.
Espíritu Santo, derrama sobre ellos S. y M. Tu Amor y tu Luz, para que sean sanados.
Gracias por tu bendita presencia y escuchar mis plegarias. ¡Bendito y Alabado Seas por los siglos de los siglos! Amén.
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