sábado, 29 de enero de 2011

ABANDONO

19/12/2010
Padre Santo, ¡Bendito seas por siempre!
Te doy gracias porque te dignas amarme a pesar de mis miserias y mis pecados. Porque me conoces bien y sabes que soy una mujer llena de errores, debilidades, pecados, con un alma sucia que te necesita y te busca impacientemente.
Desde que un día abriste mis ojos y me mostraste tu Infinito Amor ¡Bendito seas Señor, gracias Padre Misericordioso! Porque me llenaste de gozo al sentir tu Santa Presencia. Inflamaste mi alma con Tu Divino Espíritu y la reviviste, rescatándome de la perdición. Desde entonces sólo me has amado Mi Señor.
Me purificaste en el crisol, y fui débil y vencida de nuevo. Quise alejarme temerosa por no querer sufrir más. ¡Perdón Señor por no soportarlo! No sabía que con ese dolor, perfeccionaría mi espíritu y lo fortalecería. Mis ojos ciegos no podían ver tu grandeza y tu amor, estaba ciega, y no quería sufrir, porque me aferraba al mundo, a la carne, a lo tangible. Mientras mi alma sedienta te clamaba y mi mente y mi razón luchaban por no dejarla gritar.
Y tu amablemente, comprendiste mis berrinches, mis reclamos, mis miedos, mis debilidades, y me llamaste de nuevo. Con tu Divina Paciencia ¡Bendito Dios! Me mostraste Tu Rostro y me llenaste de Tu amor y con Tu Infinita Misericordia, tocaste mi alma. ¡Gracias Padre amoroso! Porque me perdonas y me cobijas en Tus Divinas Manos. E iluminas mi caminar y no me abandonas.
¡Bendito Seas por Siempre Señor!
Soy toda tuya Mi Dios Omnipotente, Rey del Universo y Padre Creador.
No sé qué sería de mi vida sin Tu Amor y Tu Presencia.
Gracias Padre de Bondad por todo lo que me regalas al igual que a mi familia, no lo merecemos pero Tu Amor es Infinito y no puede parar por nuestras imperfecciones.
¡Yo te alabo y te bendigo Padre Amoroso, no me sueltes de TU MANO!


viernes, 28 de enero de 2011

JESUS OBRA PRODIGIOS DE AMOR EN CADA ALMA

… Mirad a mi Hijo Jesús presente en La Sagrada Hostia; amadle con amor frenesí. Entregaos sin reserva.
Caminad tras sus huellas, tras sus pisadas de amor.
Vuestra vida cambiará, vuestra cruz se alivianará…
… Escuchad su voz en el silencio de Su Santuario. Escuchad su voz en el silencio de su Tabernáculo Divino. Entregadle vuestras preocupaciones. Entregadle vuestras cargas. Él os alivianara.
Jesús obra prodigios de amor en cada alma, en cada corazón; sólo os pide creer, solo os pide candidez, dulzura, santidad; solo o pide caminar por sus sendas…
… Como quisiera que los Sagrarios del mundo entero estuviesen acompañados; atestados de personas. Pero Jesús se encuentra solitario, Jesús se encuentra abandonado. Vosotros hijos míos, menguad su soledad. Recoged sus lágrimas y guardadlas en el cofre de oro de su corazón.
Decidle muchísimos: TE AMO!!!
Que tus palabras suenen y se repitan, y que salgan del centro de tu alma, no dejes que nada te interrumpa…. Di: TE AMO, TE AMO, TE AMO MI JESÚS, SEÑOR DEL AMOR ETERNO, CRISTO REDENTOR, REY DE REYES, TE AMO, TE AMO, TE AMO.
-He aquí la lucha que tienen que pelear ¡Prepárense! – Ya no hay tiempo-
Todo es internamente, pues es ahí en dónde el demonio actúa.
Estad alertas.  
...Y para rodearte de defensa contra el demonio, el mundo y la carne, junto con Jesús bendigo todas las cosas creadas por El, a fin de que tú las recibas benditas por El.
Te bendigo la luz +, el aire +, el agua +, el fuego, el alimento, todo, a fin de que quedes como abismad@ y cubiert@ con esta bendición.

Junto con Jesús te bendigo el corazón +, la mente, los ojos, los oídos, la nariz, la boca, las manos, los pies, el cuerpo, las entrañas, la respiración, el movimiento, todo.

Te bendigo para ayudarte, te bendigo para defenderte, te bendigo para perdonarte, te bendigo para librarte de todo mal, te bendigo para consolarte, te bendigo para hacerte sant@,

Te bendigo pues en el nombre del Padre + y del Hijo y del Espíritu Santo, Amen.

jueves, 27 de enero de 2011

Cuando el llanto brota fácilmente y limpia mi alma

Has sentido alguna vez que no puedes detener esa sensación de estar a punto de llorar.
Basta que ocurra algo que toque esa sensibilidad que traes, para que las lágrimas salgan si poderlas contener.
Y no hablo de esa sensibilidad femenina, que tanto nos caracteriza; porque esta situación puede pasarle a hombres y mujeres por igual.
¿Te has preguntado por qué sucede esto?¿Has analizado las circunstancias que han provocado la inflamación de tu corazón y que tu alma reclame mirar hacia el cielo?
Porque es eso en sí lo que está sucediendo…
Tu alma está condoliéndose junto con Nuestro Señor Jesús, de algo que está sucediendo en el mundo. Y en ese momento te está diciendo: “Ayúdame a orar por esta situación, o por esta persona, etc.”
Dios está pidiendo que cooperes con El, para la salvación de alguien o de muchas personas. ¡Qué privilegio!
¿Te parece increíble?
Pues no es así. Dios siempre está en comunicación con nosotros… esperando que le escuchemos y le sigamos.
Dios siempre está solicitando que trabajemos con El. Por eso nos pide siempre estar al pendiente de nuestros hermanos, y con mayor razón de aquellos que más lo necesitan.
Dios siempre nos está llamando a la oración por los demás. Desde orar por las Ánimas del Purgatorio, orar por los enfermos, por los moribundos, por aquellos que no le aman, etc.

Esa sensibilidad que a veces brota en nuestro ser… y que no alcanzamos a comprender, es porque DIOS ESTÁ TOCANDO TU ALMA y te está pidiendo ayuda…
“Ora hijo (a) por este hermano tuyo que necesita de tus plegarias.  Pide por esta Nación que está lejos del camino.  Oremos por todos aquellos niños que les han quitado la vida, por sus madres que no saben lo que hacen, por los médicos que practican el aborto, y por todos aquellos que están aceptando las leyes que lo permiten”.

“¡Ayúdame a sanar al mundo, porque no quiero que se pierda!”


Esto nos pide el Señor…

PLEGARIA

¡Oh Señor, Padre mío y dueño de mi vida!
No me abandones a la indiscreción de mis labios;
Ni permitas que yo me deslice por causa de ellos.
¿Quién será el que emplee el azote o castigo sobre mis pensamientos,
Y la corrección sabia sobre mi corazón? Solo tu Señor.

Por eso, que no justifique mis errores, ni acrecenté mi ignorancia,
Ni multiplique mis faltas y menos aún, me de la libertad de pecar,
Por cuya causa ande yo por el suelo delante de mis contrarios y se ría de mí el enemigo mío.

¡Oh Señor, Padre mío y Dios de mi vida!
No me abandones a sus malvados pensamientos. No permitas en mis ojos la altanería,
Aleja de mi todo mal deseo.
Quita de mí la intemperancia de la guala, y no se apoderen de mí los apetitos de la lujuria;
Ni quieras entregarme a un ánimo inverecundo y desenfrenado.


19 Nov 2010