Con tu luz ilumínanos, con tus alas protégenos, con tu espada defiéndenos;
San Miguel Arcángel, ruega por nosotros.
jueves, 29 de septiembre de 2011
DIALOGO INTERNO
¿Queremos que Dios nos interese a lo largo de todo el
día?
¿Queremos
que su luz se acreciente más en nuestra mente y que su amor encienda cada vez
más nuestro corazón?...
¿Por
qué no nos empeñamos en descubrirlo en todo,
si en todo lo vamos a
encontrar?....
miércoles, 28 de septiembre de 2011
¡Gloria a Dios en el cielo, en la tierra y en todo lugar!
Bendito seas Padre bueno y misericordioso porque estás
presente eternamente en nuestra vida, porque nos envías sutilmente Tu Amor
infinito, Gracias Padre por tu ternura.
Gracias porque en esta madrugada me mostraste tus
luceros, me llenaste de esperanza el corazón y me invadió tu infinita paz.
Señor, gracias por salvarme, gracias por rescatarme,
gracias por tomar mi vida como ofrenda y con ello que otros encuentren en Tu
Divina Voluntad, tu Amor Infinito.
¡Bendito seas Abba Santísimo que me sostienes entre Tus
Manos y me Bendices abundantemente!
¡Bendito Seas Padre Creador, Alabado Seas por los Siglos
de los Siglos!
Te Amo Padre Santo.
lunes, 26 de septiembre de 2011
Diálogos con Dios
"Jesús es mi Dios, Jesús es mi Esposo,
Jesús es mi Vida, Jesús es mi único Amor,
Jesús es todo mi ser,
Jesús es mi todo. "
domingo, 25 de septiembre de 2011
¡Gracias Señor por tu infinito Amor!
Gracias Señor:
Por este día, en que inicio un nuevo
año en mi vida.
Gracias por todos estos años que me has
permitido vivir y me has permitido sentir tanto amor.
Gracias Señor por tu ternura y tus
cuidados,
por tus delicadezas y tus bendiciones,
por tus orientaciones y tus enseñanzas.
Gracias Padre mío por no despegar tus
ojos de mí.
Bendito Seas Señor por tu infinita
misericordia y por tu amor.
Gracias Abba, por permitirme llegar de
Tu Bendita Mano a este día.
¡Bendito y alabado seas Señor, por los
siglos de los siglos!
Gracias María Santísima, por cobigarme en tu regazo y protegerme siempre.
¡¡¡¡¡Les Amo!!!!!
jueves, 22 de septiembre de 2011
Para Escuchar a Dios debes Cultivar una Mente Dispuesta
“El sembrador salió a sembrar su semilla.
Mientras iba esparciendo
la semilla, una parte cayó junto al camino, fue
pisoteada
y las aves del cielo se la
comieron.” Lucas 8,5
"A veces no le damos
a Dios la oportunidad de hablar. Nuestras mentes están ocupadas, nuestros
corazones se endurecen y estamos indispuestos para
escuchar."
|
En Lucas 8, Jesús usa la parábola del sembrador y nos da las claves para escuchar a Dios hablar.
En tiempos de Jesús, los agricultores no tenían tractores o macetas. Para sembrar la semilla, el agricultor tenía la bolsa de semillas, sal y yeso, y las tiraba a lo largo de la tierra. Como él las tiraba, la semilla caía sobre los diferentes tipos de suelo. La semilla germinaba, crecía y daba fruto según el tipo de tierra sobre la que caía.
En esta parábola, el agricultor representa a Dios, la semilla representa su Palabra, y el suelo representa los cuatro diferentes tipos de respuestas que puedes tener cuando Dios está tratando de hablar contigo.
Si deseas escuchar a Dios hablar, primero debes cultivar una mente dispuesta. Tienes que estar abierto, listo y ansioso por escuchar de Él para que puedas recibir lo que tiene que decirte.
Cuando Jesús habló sobre el suelo duro (el camino) en Lucas 8, estaba hablando sobre la resistencia de una persona para escuchar a Dios. ¿Conoces a alguien que es como un sendero - de mente estrecha, con un corazón duro? No importa lo que digas acerca de Dios, no van a escuchar porque ya tienen sus mentes ocupadas.
A veces no le das a Dios la oportunidad de hablar. Nuestras mentes están cerradas, nuestros corazones se endurecen, y no estamos dispuestos a escuchar. Tenemos la tierra endurecida de una mente cerrada.
¿Qué puede causar que tengamos una mente cerrada? Hay tres bloqueos mentales:
1. Orgullo. Nosotros decidimos que no necesitamos la ayuda de Dios, ya que podemos manejar las cosas por nuestra cuenta. No oramos porque nuestro orgullo nos dice que podemos hacernos cargo del problema.
2. Miedo. Tenemos miedo de lo que Dios puede decir nos. ¿Y si te pide que hagas algo que no quieres hacer?
3. Amargura. Cuando nos aferramos a una herida y decidimos no perdonar, nuestros corazones se endurecen. Nos hacemos defensivos y resistentes al amor de Dios, Su Palabra y Su voz.
¿Cuál es el antídoto para un corazón endurecido? "Por lo cual, desechando toda inmundicia ytodo resto de malicia, reciban ustedes con humildad (mansedumbre) la palabra implantada, que es poderosa para salvar sus almas." (Santiago 1,21 ). Deshazte de toda la basura, la televisión, películas, libros, revistas, juegos y sitios web en los que no se debe caer, y acepta humildemente la Palabra de Dios.
La frase clave en este versículo es "aceptar con humildad." Ora a Dios y dile: "Señor, admito que trató de averiguar las respuestas por mi cuenta. Esto no funciona, así que voy a escucharte. "Ese es el primer paso.
miércoles, 14 de septiembre de 2011
TU RESPUESTA
Si Dios ya hubiera dispuesto quién se salva y quién no,
habría mandado a sus ángeles a sacar la cizaña del trigo y a quemarla.
Pero ha dejado el campo sin tocar porque espera tu respuesta a su
amor.
Está esperando
que le des permiso para que edifique un grandioso palacio inamovible en la roca
de su Corazón,
y llegues a ser un delicioso árbol para los
demás.
La Exaltación de la Santa Cruz
Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año 320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. Más tarde Cosroas, rey de Persia se llevó la cruz a su país. Heraclio la devolvió a Jerusalén. El cristianismo es un mensaje de amor. ¿Por qué entonces exaltar la Cruz? Además la Resurrección, más que la Cruz, da sentido a nuestra vida. Pero ahí está la Cruz, el escándalo de la Cruz, de San Pablo. Nosotros no hubiéramos introducido la Cruz. Pero los caminos de Dios son diferentes.Los apóstoles la rechazaban. Y nosotros también.
La Cruz es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria. Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo redentor. Jesús no ha venido a suprimir el sufrimiento: el sufrimiento seguirá presente entre nosotros.
Tampoco ha venido para explicarlo: seguirá siendo un misterio. Ha venido para acompañarlo con su presencia. En presencia del dolor y muerte de Jesús, el Santo, el Inocente, el Cordero de Dios, no podemos rebelarnos ante nuestro sufrimiento ni ante el sufrimiento de los inocentes, aunque siga siendo un tremendo misterio.
Jesús, en plena juventud, es eliminado y lo acepta para abrirnos el paraíso con la fuerza de su bondad: "En plenitud de vida y de sendero dio el paso hacia la muerte porque El quiso. Mirad, de par en par, el paraíso, abierto por la fuerza de un Cordero" (Himno de Laudes).
En toda su vida Jesús no hizo más que bajar: en la Encarnación, en Belén, en el destierro. Perseguido, humillado, condenado. Sólo sube para ir a la Cruz. Y en ella está elevado, como la serpiente en el desierto, para que le veamos mejor, para atraernos e infundirnos esperanza. Pues Jesús no nos salva desde fuera, como por arte de magia, sino compartiendo nuestros problemas.
Jesús no está en la Cruz para adoctrinarnos olímpicamente, con palabras, sino para compartir nuestro dolor solidariamente. Pero el discípulo no es de mejor condición que el maestro, dice Jesús. Y añade: "El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y me siga". Es fácil seguir a Jesús en Belén, en el Tabor. ¡Qué bien estamos aquí!, decía Pedro. En Getsemaní se duerme, y, luego le niega. "No se va al cielo hoy ni de aquí a veinte años.
Se va cuando se es pobre y se está crucificado" (León Bloy). "Sube a mi Cruz. Yo no he bajado de ella todavía" (El Señor a Juan de la Cruz). No tengamos miedo. La Cruz es un signo más, enriquece, no es un signo menos. El sufrir pasa, el haber sufrido -la madurez adquirida en el dolor- no pasa jamás. La Cruz son dos palos que se cruzan: si acomodamos nuestra voluntad a la de Dios, pesa menos.
Si besamos la Cruz de Jesús, besemos la nuestra, astilla de la suya. Es la ambigüedad del dolor. El que no sufre, queda inmaduro. El que lo acepta, se santifica. El que lo rechaza, se amarga y se rebela.
Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año 320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. Más tarde Cosroas, rey de Persia se llevó la cruz a su país. Heraclio la devolvió a Jerusalén. El cristianismo es un mensaje de amor. ¿Por qué entonces exaltar la Cruz? Además la Resurrección, más que la Cruz, da sentido a nuestra vida. Pero ahí está la Cruz, el escándalo de la Cruz, de San Pablo. Nosotros no hubiéramos introducido la Cruz. Pero los caminos de Dios son diferentes.Los apóstoles la rechazaban. Y nosotros también.
La Cruz es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria. Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo redentor. Jesús no ha venido a suprimir el sufrimiento: el sufrimiento seguirá presente entre nosotros.
Tampoco ha venido para explicarlo: seguirá siendo un misterio. Ha venido para acompañarlo con su presencia. En presencia del dolor y muerte de Jesús, el Santo, el Inocente, el Cordero de Dios, no podemos rebelarnos ante nuestro sufrimiento ni ante el sufrimiento de los inocentes, aunque siga siendo un tremendo misterio.
Jesús, en plena juventud, es eliminado y lo acepta para abrirnos el paraíso con la fuerza de su bondad: "En plenitud de vida y de sendero dio el paso hacia la muerte porque El quiso. Mirad, de par en par, el paraíso, abierto por la fuerza de un Cordero" (Himno de Laudes).
En toda su vida Jesús no hizo más que bajar: en la Encarnación, en Belén, en el destierro. Perseguido, humillado, condenado. Sólo sube para ir a la Cruz. Y en ella está elevado, como la serpiente en el desierto, para que le veamos mejor, para atraernos e infundirnos esperanza. Pues Jesús no nos salva desde fuera, como por arte de magia, sino compartiendo nuestros problemas.
Jesús no está en la Cruz para adoctrinarnos olímpicamente, con palabras, sino para compartir nuestro dolor solidariamente. Pero el discípulo no es de mejor condición que el maestro, dice Jesús. Y añade: "El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y me siga". Es fácil seguir a Jesús en Belén, en el Tabor. ¡Qué bien estamos aquí!, decía Pedro. En Getsemaní se duerme, y, luego le niega. "No se va al cielo hoy ni de aquí a veinte años.
Se va cuando se es pobre y se está crucificado" (León Bloy). "Sube a mi Cruz. Yo no he bajado de ella todavía" (El Señor a Juan de la Cruz). No tengamos miedo. La Cruz es un signo más, enriquece, no es un signo menos. El sufrir pasa, el haber sufrido -la madurez adquirida en el dolor- no pasa jamás. La Cruz son dos palos que se cruzan: si acomodamos nuestra voluntad a la de Dios, pesa menos.
Si besamos la Cruz de Jesús, besemos la nuestra, astilla de la suya. Es la ambigüedad del dolor. El que no sufre, queda inmaduro. El que lo acepta, se santifica. El que lo rechaza, se amarga y se rebela.
sábado, 10 de septiembre de 2011
Jesús nos habla a nuestros corazones de Pequeñas Almas
MARGARITA |
Legión de las Almas Pequeñas del Amor Misericordioso de Jesús
Jesús nos habla a nuestros corazones de
Pequeñas Almas
"Sé alegre en el Amor. Sé firme en la esperanza. Sé constante en
el esfuerzo".(M.11-11-1966)
M (Significa Margarita)
J (significa Jesús)
6 de septiembre de 1974.(I.88)
J
Antaño, la fe de vuestros antepasados, a través de la firmeza sacada de las Fuentes del Evangelio, tenía un algo de infantil que encantaba al Corazón de vuestro Dios. Hoy, en muchos de mis hijos, esta fe se ha tornado en una fe razonadora, fría y poco condescendiente. Las almas no se abren fácilmente a la gracia, a la unción del Amor. Cumplen con su deber de cristianos, pero frecuentemente el fervor está ausente de los corazones. El temor de Dios no excusa la dureza. Muchos insultos alcanzan a mi Divino Corazón antes de alcanzar a aquellos a quienes van destinados.
Yo soy el Amor y el Perdón.
Quien juzga a su hermano, será juzgado, él mismo, sobre el juicio que él habrá emitido sobre el otro. Ve la paja en el ojo de su vecino, no ve la viga en el suyo. Quien aflige a su prójimo, aflige a su Dios. Quien pretende amarme se justificará delante de Mí con más amor y más misericordia en todas las circunstancias de la vida. La sabiduría se da a los pequeñuelos. Se mantiene lejos de los seres presuntuosos. Crímenes de lesa-Majestad se cometen a cada momento. Quien es hoy mi amigo, mañana se convertirá en enemigo. ¿Comprenderán alguna vez la fuerza de mi Amor para con ellos, mi compasión por su debilidad, mi deseo de verlos andar en pos de MI?
Juan, mi discípulo predilecto, es para todos un ejemplo de ternura no empañada por el respeto humano.
M
Seamos ricos solamente de deseos santos y para ponerlos en práctica no contemos jamás con nuestras pobres fuerzas, sino con el socorro permanente de Dios por la luz del Espíritu Santo
jueves, 8 de septiembre de 2011
martes, 6 de septiembre de 2011
Te sigo Señor
Sé tu Señor mi guía
Sé mi fuerza, Sé mi luz
Sin Ti estoy perdida,
no dejes de llamarme,
y guiame por tus caminos,
manténme entre Tus Manos Señor
cobijándome del enemigo
y llevándome a lugar seguro.
Dame Señor tu paz
en estos momentos de tribulación
con tu gracia, crezca mi fe
con tu amor, se inflame mi corazón.
Dame Señor tu mano
que me sostenga cada instante
y mi corazón llena de amor.
Gracias Señor por amarme.
Gracias Señor por amarme.
viernes, 2 de septiembre de 2011
Oración a la Santísima Trinidad para la glorificación de la Sierva de Dios Luisa Piccarreta
Sierva de Dios
Sierva de Dios
LUISA PICCARRETA
Pequeña Hija de la Divina Voluntad (1865-1947)
Oh Augusta y Santisima
Trinidad
Padre, Hijo y Espiritu santo.
Te Alabamos y te damos gracias
por el don de la santidad
de tu sierva fiel Luisa Piccarreta
Padre, Hijo y Espiritu santo.
Te Alabamos y te damos gracias
por el don de la santidad
de tu sierva fiel Luisa Piccarreta
Ella vivió !oh, Padre!, en tu Divina
Voluntad
conformándose, bajo la acción de Espíritu Santo,
a tu Hijo obediente hasta la muerte de cruz,
víctima y hostia agradable a ti
coperando con la obra de la redención del género humano
conformándose, bajo la acción de Espíritu Santo,
a tu Hijo obediente hasta la muerte de cruz,
víctima y hostia agradable a ti
coperando con la obra de la redención del género humano
Sus virtudes de obediencia y
humildad,
de sumo amor a Cristo y a la Iglesia,
nos inducen a pedirte el don de su
glorificación sobre la tierra,
para que resplandezca ante todos tu Gloria,
y tu Reino de verdad, de justicia y de amor
se difunda hasta los confines de la tierra
con el particular carisma del
Fiat Voluntas tua sicut in caelo et in terra
de sumo amor a Cristo y a la Iglesia,
nos inducen a pedirte el don de su
glorificación sobre la tierra,
para que resplandezca ante todos tu Gloria,
y tu Reino de verdad, de justicia y de amor
se difunda hasta los confines de la tierra
con el particular carisma del
Fiat Voluntas tua sicut in caelo et in terra
Recurrimos a sus méritos para obtener
de ti,
Santísima Trinidad, la gracia particular que te pedimos
(aquí se pide la gracia)
con la intención de cumplir tu Divina Voluntad.
Amén
Santísima Trinidad, la gracia particular que te pedimos
(aquí se pide la gracia)
con la intención de cumplir tu Divina Voluntad.
Amén
Tres Gloria al Padre
Padre Nuestro
Reina de los santos, ruega por nosotros.
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