Gracias por tu amor y tus regalos Mi Dios maravilloso.
Desde muy temprana hora me has levantado para estar contigo, me llamaste dulcemente. Estuvimos juntos y me hiciste sentir tu presencia hasta conmoverme en llanto.
Me llamaste fuerte, con urgencia; me senté a tu lado y te confié mi vida, hijos, obras, trabajos. Te pedí que iluminaras mi camino, pues no puedo hacer nada si Tú no lo haces conmigo.
Y que día tan maravilloso has preparado y me has preparado a mí para estar digna y entrar en el Centro del Inmaculado Corazón de nuestra Santa Madre María.
Me llevaste a la Iglesia de Ntra. Señora de Fátima, precisamente hoy que festejamos su día. Y me invitaste a participar en la Unción de Enfermos, ¡Bendito Seas Señor!. Como no pude asistir a la misa de Consagración a María en la Basílica de Ntra. Sra. De Guadalupe, entonces lo hice en esta Misa especial que mi Madre bendita me mandó llamar. Y después M. me dijo que tenía una sorpresa para mí. Que fuera a su casa más tarde.
Yo tenía que haberme ido a Toluca al IV encuentro de Autores de la Plástica, me están esperando con mis ponencias. Y me quedé… los ojos de M. me invitaron a quedarme, y eran tus ojos Niñito Jesús, que me decían… ven.
M. me fue guiando en el camino, y si no me vendaron los ojos fue porque tenía que manejar. Pero no me mencionaron nada hasta que llegamos a la Casita de Nazaret. El mismo P. Victorino nos recibió.
Cuando te vi mi Señor en aquella imagen de niño, abriendo la puertita del Sagrario, con tus destellos de Misericordia, con la leyenda abajo: “Te estaba esperando”, no pude más y me brotó el llanto. ¡Gracias mi Señor por tanto amor! ¡Gracias por tantos regalos maravillosos!
La Misa fue extensa, y el sermón muy claro; P. V. nos habló de las peticiones de Ntra. Señora de Fátima, de nuestra real CONFESIÓN-CONVERSIÓN y entrega completa al Inmaculado Corazón de María Santísima. Y nos invitó a realmente entregar nuestras vidas a Nuestra Madre. Padre Juan estuvo confesando, así que al llegar a la Santa Presencia de Nuestro Señor Jesucristo, ya en su mayoría los participantes estábamos preparados para recibirle.
Se bien que Mamita María me está pidiendo que deje todo y me entregue de lleno. Y sentí que me abrazaba del hombro y me indicaba el apuro de entregarme completamente…. De lleno! Y así lo hice.
¡Bendita seas Señora Mía, Madre hermosa, por haberme llamado y enviar a tu Hijito Amoroso para llevarme de Su Mano hasta Ti!
¡Bendito y Alabado Seas Señor!
Bendita sea siempre Tu Santísima Madre.
¡Bendito Seas Padre Santo y Creador del Universo, porque no has despegado Tu Mirada de mi vida y los míos! Has escuchado mis clamores y mis súplicas y las has atendido con premura. Bendito Seas Señor Dios del Universo, porque no me has abandonado nunca y siempre me has sostenido en el camino. Cuánto me amas Señor Dios Misericordioso, porque no has hecho caso de mis faltas y errores, más bien me has ido transformando entre Tus Benditas Manos.
Hace unos días recordaba mi temprana orfandad y lloraba de tristeza por las ausencias y dolores en mi corazón. Y tú mi Señor has venido presto a tomarme entre Tus Manos y acercarme a Tu Corazón, a decirme que no estoy sola.
¡Gracias Señor Padre Bueno por tu infinita Misericordia!
¡Alabado seas por siempre Señor!
Te amo con todo mi corazón. Te amo Madre Santa, gracias por dirigirme y amarme. Te amo Jesús Mío, Te amo Espíritu de Amor.
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