martes, 21 de mayo de 2013

Anuncio del nacimiento de María a los caldeos.


   La noche que nació María vi en una ciudad aldea que cinco sibilas o vírgenes profetisas tenían visiones que corrían a contar a los sacerdotes. Luego, estos anunciaron en muchos lugares de alrededor que las sibilas habían visto que había nacido una virgen, que muchos dioses habían bajado a la tierra a saludarla y que en cambio otros espíritus huían de ella y se afligían.
   También vi que los hombres que adoraban a las estrellas, quienes desde la Concepción de María veían en una estrella la imagen de una doncella llevando vino y trigo parejos en una balanza, ya no la divisaron a partir de la hora en que nació María, como si la doncella ya hubiera salido. Apareció una brecha en la estrella y fue como si la estrella misma bajara a un paraje determinado.
   Entonces mandaron hacer y colocar en su templo en ídolo grande que hacía referencia a la Santísima Virgen, y que yo vi allí cuando contemplé las enseñanzas de Jesús en aquel lugar.
   Más tarde instalaron en su templo el Huerto Cerrado, otro símbolo de la Santísima Virgen. Vi animales vivos, no sé si perros, en su templo, tumbados y bien cuidados, a los que alimentaban con otros animales. En el tempo de los Reyes Magos siempre había visto por las noches hasta ahora una iluminación maravillosa. Mirando para arriba se veía como un cielo estrellado dispuesto con varias constelaciones. Según las visiones que divisaba en las estrellas, introducían los cambios correspondientes en el firmamento artificial de sus templos. Este fue también el caso después de nacer María, de modo que la iluminación, que hasta ese momento venía de fuera, estaba ahora en su interior.

"Vida de María Niña"  - Beata Anna Katharina Emmerich



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